La pequeña Shylah Silbery (3) vivió durante dos días con el cadáver de su madre, quien falleció de manera repentina en el interior de su casa en la ciudad de Wellington, en Nueva Zelanda.
egún informó el diario inglés “Daily Mail”, la niña, que tuvo que alimentarse sola, solo comió lo que tenía a la mano: una despensa de queso y los restos de una lasaña.
La menor, cuya historia ha conmovido a todo su país, fue hallada por agentes de la policía neozelandesa, a quienes les dijo: “Mamá no se despierta”.
Los policías, detalló el periódico británico, tuvieron que convencer a la niña para que se subiera en una mesita de café y les abra la puerta de su casa.
Según informó el diario inglés “Daily Mail”, la niña, que tuvo que alimentarse sola, solo comió lo que tenía a la mano: una despensa de queso y los restos de una lasaña.
La menor, cuya historia ha conmovido a todo su país, fue hallada por agentes de la policía neozelandesa, a quienes les dijo: “Mamá no se despierta”.
Los policías, detalló el periódico británico, tuvieron que convencer a la niña para que se subiera en una mesita de café y les abra la puerta de su casa.
El hermano de Lauren Silbery fue quien notificó a las autoridades luego de notar que ella no lo llamaba, cuando tenía la costumbre de hacerlo todas las noches. La pequeña fue ingresada en un hospital Wellington tras presentar síntomas de deshidratación y la policía investiga las causas de la repentina muerte de su madre.
