FALTA DE COMBUSTIBLE AFECTA EL TRANSPORTE Y LA CALEFACCIÓN EN NEW JERSEY.


La escasez de gasolina se agudizó ayer en la región de Nueva York, con límites de compras y colas kilométricas en las pocas estaciones de servicio que funcionan, aunque las autoridades confían en que la situación mejore en los próximos días.

Con millones de personas sin electricidad en los estados de Nueva York y Nueva Jersey y las temperaturas bajando hasta muy poco por encima de los cero centígrados, muchas personas hacen cola con las tradicionales latas de plástico rojo en busca de combustible para los generadores domésticos.
En algunas zonas de Nueva York hay en marcha un límite de 40 dólares por para repostar los vehículos. En Nueva Jersey el límite es de 10 galones (38 litros) por vehículo.
Un usuario del condado de Westchester (al norte de la ciudad de Nueva York) aguantó hoy una cola de tres kilómetros para poder llenar el depósito, según explicó con desesperación a Efe, pero los episodios similares se están haciendo cada vez más frecuentes en toda el área.
“No he visto nada así desde el embargo petrolero de 1973”, recordaba hoy un veterano reportero del canal local neoyorquino de CBS.
Muchas gasolineras del sur del estado de Nueva York, de Nueva Jersey están cerradas tanto por la pérdida de electricidad como por la falta de suministros.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, confió ayer en que esta crisis dentro de una crisis se solucione para el lunes.

Por una parte, el suministro se recuperará poco a poco con la recuperación del suministro de energía de un oleoducto que transporta gasolina por el estado de Nueva York.
Por otra, la reapertura ayer del puerto neoyorquino permitirá la llegada de embar- caciones cisterna cargadas de combustible.
Poca violencia Por parte, la ciudad de Nueva York logró mantener la seguridad controlando crímenes y saqueos durante cuatro días sin energía eléctrica en vastas zonas de la ciudad a raíz de Sandy, lo opuesto a lo ocurrido en Nueva Orleans siete años atrás tras el azote de Katrina.
En el 2005, Nueva Orleans sufrió saqueos y un alza del crimen y la violencia, ya que las autoridades centraron su atención en los esfuerzos de rescate y la seguridad se degradó rápidamente.
En esta ocasión, la policía de Nueva York -una de las más numerosas y con más capacidades del país- ha estado muy presente en diferentes partes de la ciudad desde el lunes por la noche, cuando el mortífero ciclón Sandy llegó a la costa este de Estados Unidos. En cuatro días, los saqueos han sido muy limitados, según el jefe de la policía neoyorquina, Ray Kelly.