De sirvienta a millonaria: una vida de telenovela mexicana


Parece el guión de una telenovela: una joven polaca llega a Nueva York con unos cuantos dólares en el bolsillo, la contratan como sirvienta en la casa de una de las familias más ricas de Estados Unidos, el heredero del imperio se enamora y se casa con ella.
Años después el heredero muere y ella se convierte en una de las mujeres más ricas del mundo, enfrentándose a la ira de la poderosa dinastía.
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Nada es inventado. Es la vida de Barbara Piasecka Johnson, que en 1983 heredó la fortuna de Johnson & Johnson, el imperio de productos farmaceúticos, y quien murió esta semana en su natal Polonia a los 76 años.
Pero no sólo se trata de una historia de suerte y riquezas, la vida de Piasecka Johnson también estuvo plagada de disputas, peleas, críticas y enfrentamientos, principalmente con los seis hijos de su esposo que quedaron excluidos del testamento y de la fortuna Johnson & Johnson.
Tal como lo describe Jerry Oppenheimer en su biografía de los Johnson, "la vasta fortuna de esta dinastía fue tan tóxica como nociva para las generaciones de esta familia que dio al mundo las 'curitas' y el aceite de bebé".
Y la batalla por la legalización del testamento de J. Seward Johnson, quien a último momento antes de morir decidió excluir a sus hijos de su patrimonio, ha sido calificada como "una de las más largas, costosas, horribles, espectaculares y ostentosas en la historia de Estados Unidos".
Lo cierto es que en el momento de su muerte Barbara Piasecka ocupaba el 42º lugar en la lista de las mujeres más ricas del mundo, según la revista Forbes.
De Polonia comunista a un imperio capitalista
Barbara Piasecka nació en 1937 en Staniewicze, una localidad en el este de Polonia, que ahora pertenece a Bielorrusia. Era hija de un agricultor que después de la guerra decidió relocalizar a su familia en Breslavia, en el suroeste del país.
En 1968, la joven Barbara decidió salir de Polonia comunista y emigró a Estados Unidos, adonde llegó casi sin dinero (se dice que tenía US$100 en la bolsa), y sin hablar inglés.
"La vasta fortuna de esta dinastía fue tan tóxica como nociva para las generaciones de esta familia que dio al mundo las "curitas" y el aceite de bebé"
Jerry Oppenheimer
Al poco tiempo consiguió un empleo como sirvienta en Oldwick, Nueva Jersey, en la propiedad de J. Seward Johnson y la que era entonces su segunda esposa, Esther Underwood, con quien había estado casado 32 años.
Se cuenta que J. Seward se enamoró de Piasecka de inmediato, sin importar la diferencia de 42 años de sus edades: él tenía 76 y ella 34.
Un año después Barbara dejó el empleo en casa de los Johnson y partió a Nueva York para estudiar cursos de arte. Seward la siguió rentándole un apartamento en Manhattan.
En 1971, el heredero decidió dejar a su segunda esposa y madre de sus dos hijos (tenía otros cuatro hijos con su primera esposa Diana Dill) y ocho días después de obtener el divorcio se casó con Piasecka en una ceremonia a la cual ninguno de los hijos asistió.
El matrimonio duró 12 años. Seward murió de cáncer a los 87 años, no sin antes firmar un nuevo testamento en el que legaba toda su fortuna de más de US$500 millones a Piasecka, excluyendo de su testamento tanto a sus seis hijos como a un instituto de investigación oceanográfica que Johnson había fundado en Florida.
Avaricia "escandalosa"
En ese momento comenzó una batalla legal que se extendería durante años. Los hijos impugnaron el testamento sobre la base de que su madrastra, a la que calificaban de cazafortunas, había utilizado amenazas y abusos para forzar a su frágil padre enfermo a firmar el nuevo testamento.

Barbara Piasecka en 1986 cuando llegó a un arreglo legal con los hijos del heredero de Johnson & Johnson.
Argumentaban también que el anciano no estaba en su sano juicio en el momento de firmar el documento.